La Plaza de los Héroes de Viena es un símbolo doble. Por un lado, celebra la gloria de las victorias contra rivales (como los franceses y los turcos otomanos). Por el otro, transmite voluntad de resistencia en momentos de derrota (contra Bismarck primero y contra Hitler luego).

Es uno de los puntos más fotografiados del barrio Innere Stadt. Fue construida bajo el reinado del famosísimo emperador Francisco José (1848-1916) como parte de lo que llegaría a ser el Kaiserforum, que nunca llegó a estar terminado. La plaza mira al Palacio Imperial de Hofburg, antes residencia imperial y hoy presidencial, por lo que es un lugar lleno de simbolismo y significado para el pueblo austríaco.

La mejor entrada a la plaza es a través de la Burgtor, puerta del palacio, construida en 1824 para exaltar el triunfo sobre el Imperio Napoleónico en Leipzig (1813). Más tarde se le agregó el monumento al Soldado Desconocido.

La plaza tiene las estatuas del archiduque Carlos de Austria-Teschen y el príncipe Eugenio de Saboya, dos grandes militares que dieron triunfos históricos a los austríacos. Paradójicamente se inauguraron en 1860, cuando las derrotas contra los prusianos marcaban el principio de la decadencia del Imperio Austríaco.

En la turbulenta década de 1930, la Primera República inauguró un monumento a los caídos en la Primera Guerra Mundial. Muy poco después, fotografías de este espacio recorrieron todo el mundo por ser el lugar donde Adolf Hitler pronunció su famoso discurso en 1938, anunciando la anexión de Austria al Tercer Reich alemán. Este hecho histórico ha dejado una huella en la plaza y la ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad y la resistencia contra el totalitarismo.

Además de su importancia histórica, la Plaza de los Héroes sigue siendo lugar de encuentro para celebraciones y eventos públicos. Es escenario de desfiles, deporte, conciertos y festivales que reúnen a ciudadanos y visitantes en torno a la historia y cultura de Austria.

El acceso a la Plaza de los Héroes es gratuito y está abierto al público durante todo el año. Es un lugar ideal para dar un paseo y disfrutar de la arquitectura impresionante que lo rodea. También es un punto de partida perfecto para explorar otras atracciones cercanas, como el Palacio Imperial de Hofburg, el Museo de Historia del Arte y el Museo de Historia Natural.